Entrevista: Roberto Díaz Páez
Ingeniero industrial con estudios en psicología industrial y enseñanza de la matemática. Trabaja el área de Masculinidades igualitarias desde la Asesoría para la Igualdad y Equidad de Género del Instituto Nacional de Aprendizaje en Costa Rica y es cofundador de la Red de Hombres por la Igualdad de Género del Sector Público en su país.
¿Cómo surge la idea de crear la Red de Hombres por la igualdad de género del sector púbico de Costa Rica? ¿Hombres de cuantas instituciones participan? ¿Cuales son sus objetivos?
En junio de 2014, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ofreció un taller a funcionarios de instituciones públicas denominado Guía para la intervención con hombres sobre el acoso sexual en el trabajo y la masculinidad sexista. Estos talleres fueron facilitados por el experto Mikel Otxotorena Fernández.
Con base en la sensibilidad que despertó esta experiencia y el compromiso de replicar estos talleres con funcionarios públicos, algunos de los participantes del taller original plantearon la importancia de reunirse para continuar impulsando la igualdad de género en sus respectivas instituciones.
Debido al buen ambiente que se encontró en las unidades o mecanismos de género en algunas instituciones para estas temáticas, en octubre de 2014, un grupo de aproximadamente 20 funcionarios nos reunimos para continuar con la labor de capacitación y sensibilización sobre temas vinculados a la igualdad de género en el ámbito laboral y sobre el papel que los hombres podemos desempeñar para promoverla.
Se tomó la decisión de organizarnos y desde ese día nos constituimos como la Red de Hombres por la Igualdad de Género del Sector Público, que todavía continúa trabajando con mucho esfuerzo y verdadera pasión, reuniéndose una vez al mes para seguir revisándonos y poder llevar el mensaje con charlas cortas o talleres de mayor duración a las instituciones del país.
Todavía estamos a la espera del decreto de Casa Presidencial para su oficialización por lo que algunas veces la autorización para participar en las reuniones mensuales se dificulta; en ese sentido, generalmente nos reunimos unos 14-15 hombres, aunque la mayoría tiene un ‘suplente’, así que estaríamos hablando de alrededor de unos 25 hombres comprometidos con la Red, representando por tanto a 15 instituciones.
Básicamente, tenemos los mismos cuatro objetivos que al inicio de la Red, a saber:
- Posesionar un espacio en el que hombres funcionarios públicos reflexionemos sobre nuestras masculinidades, como condición de base a todas aquellas acciones que realizamos al interior de nuestras instituciones para promover la igualdad de género.
- Trabajar con los hombres y desde los hombres de las instituciones públicas sobre el impacto del machismo en la cultura organizacional, el quehacer y el logro del mandato constitucional de las instituciones públicas del Estado costarricense.
- Promover la creación de redes institucionales de hombres que impulsen la igualdad de género.
- Crear mecanismos de articulación de acciones con las Unidades de Igualdad y Equidad de Género de las instituciones públicas, las comisiones institucionales de igualdad y no discriminación hacia las personas sexualmente diversas, el Instituto Nacional de las Mujeres y aquellas instituciones estatales y no estatales afines con nuestros objetivos.
¿En tu opinión cuál es la situación de la igualdad en Costa Rica? ¿Qué avances se han producido en los últimos años? ¿Donde están las desigualdades más importantes? ¿Dónde están las resistencias más importantes?
Considero que el país todavía está muy lejos de la añorada igualdad. Se han dado algunos avances en materia legal, acordes con declaraciones y mecanismos internacionales, como paridad en los puestos de elección popular y las direcciones de las instituciones públicas, para citar un ejemplo. Sin embargo, la desigualdad y la violencia de género se revelan en todos los ámbitos de nuestra sociedad, incluyendo, por tanto, el laboral. Como funcionarios públicos, en nuestras reuniones hemos reconocido que la desigualdad de género se hace presente cuando hay conflictos o abusos de poder, sin duda alguna en el hostigamiento por razón de sexo y en el sexual, en todo acoso laboral y todas las formas de discriminación que atentan contra la dignidad de las mujeres; además, lamentablemente, aún se discrimina en nuestras instituciones a muchas personas por causa de su orientación sexual, identidad de género, condición de discapacidad, etnia y otros factores.
Es imposible obviar que las dinámicas en las que se mueve el ejercicio del machismo, como abuso de poder, es un factor que se manifiesta en las relaciones laborales, que provoca una serie de problemáticas laborales que afectan a mujeres y hombres, con sus respectivas particularidades y diferencias.
Esto por eso que consideramos que la participación de los hombres en todo proceso de construcción de una cultura de igualdad en las instituciones es una labor apremiante e ineludible. Las resistencias más fuertes se dan en aquellos sectores o espacios que detentan históricamente el poder. Nos encontramos con una gran cantidad de hombres que prefieren oponerse a cualquier proceso de revisión y reflexión bajo el lema de que ‘la tortilla se volteó y ahora ellas están con todas las ventajas, porque la ley está en contra de los hombres’. Es un trabajo que se complica porque, evidentemente, nadie quiere renunciar de buenas a primeras a sus privilegios y eso hace que la Red deba también explicar los costos emocionales que pagamos los hombres en esta sociedad patriarcal para que se facilite el proceso de apertura y los hombres se sumen al cambio, hacia las masculinidades igualitarias.
¿Cómo se concretan en el sector público estas desigualdades? ¿Existen leyes que favorezcan la igualdad? ¿Son útiles? ¿Serían necesarias nuevas medidas correctoras?
Considero que tenemos poca información reciente para aseverar sin temor a equívocos como es que se concretan estas desigualdades. Tenemos, eso sí, la observación que nos dicen que en muchos sectores siguen existiendo más jefes hombres entre más se asciende la escala jerárquica, tenemos espacios donde la presencia masculina es abrumadora: servicios de transporte, de seguridad y de jardinería o reparaciones, cuando es aplastante por no decir del 100% de la limpieza y cocina. En el Instituto Nacional de Aprendizaje, y en otras instituciones, se ha iniciado con un Autodiagnóstico organizacional con perspectiva de género que es guiado desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) por medio del Sistema de indicadores de género de empresas y organizaciones con el cual se espera que arroje las brechas de género que tiene la Institución.
Planteáis un trabajo específico dirigió a los hombres del sector público. ¿Qué acciones planteáis? ¿Encontráis apoyos institucionales? ¿Existen alianzas con sectores feministas?
Tenemos cuatro enfoques de referencia que se sostienen a sí mismos y que a la vez, se alimentan e interrelacionan:
- Derechos humanos: un marco legal reivindicativo.
- Pro feminista: reconocimiento del lugar histórico de las mujeres como víctimas de opresión, violencia y desigualdad en nuestros sistemas patriarcales.
- Anti sexista: reconocimiento del sexismo y replanteamiento del lugar histórico de los hombres y las masculinidades patriarcales.
- Hombres igualitarios: construcción de relaciones de igualdad con las mujeres y otros grupos tradicionalmente discriminados por causa de su orientación e identidad sexual, condición de discapacidad, por razones de edad, etnia y nacionalidad, entre otras.
En función de esa claridad de enfoques, la Red tiene una representación permanente, aun si estar oficializada por decreto ejecutivo, en la Subcomisión del Eje 2 de la Política nacional para la atención y la prevención de la violencia contra las mujeres de todas las edades, Costa Rica 2017-2032 (coloquialmente le decimos PLANOVI). Gracias a esa participación, está en proceso de aprobación una estrategia de capacitación dirigida a niñez, adolescencia, juventud y adultos (incluyendo funcionarios públicos). La idea es que en todas las instituciones sean desarrollados procesos de sensibilización y capacitación, logrando capacidad instalada para que hombres con formación en masculinidades igualitarias sigan desarrollando actividades e incluso conformen redes en las instituciones que aún no cuentan con grupos organizados. Además, que desarrollen acciones a favor de la igualdad con las diferentes poblaciones meta del Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU).
Los temas que incluye el eje 2 son: Erradicación del poder de dominio y control machista, el ejercicio de paternidades afectivas y el ejercicio de una sexualidad informada, placentera y en corresponsabilidad. Se espera que la Red sea un aliado estratégico para el seguimiento y fortalecimiento de los procesos de capacitación en el marco de la institucionalidad.
Uno de los documentos que se suscribís en 2017 señalaba “Los hombres podemos y debemos ser aliados y protagonistas en la erradicación de todas las formas de violencia y discriminación hacia todas las personas y hacia toda la sociedad y, en particular, hacia las mujeres” Dentro del trabajo de la Red de hombres por la igualdad del sector público ¿Qué lugar ocupa la lucha contra la violencia machista? ¿Qué acciones organizáis y qué respuesta tienen?
La Red se suma a las actividades que promueven las organizaciones no gubernamentales y también estatales que se propongan para incentivar la lucha contra la violencia machista, incluyendo la participación en las marchas del 25 de noviembre, Día internacional y nacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres y niñas, también se realizan charlas para las personas que forman parte de las Redes locales para la atención y prevención de la violencia contra las mujeres y la violencia intrafamiliar en los cantones prioritarios del país, talleres con personas privadas de libertad que cometieron violencia en sus hogares, entre muchas otras.
Algunas son más de apoyo y para hacer visible el trabajo al que podemos sumarnos los hombres, desde un plano secundario, ya que la voz cantante la llevan las mujeres. En otras, sí tenemos protagonismo porque promovemos que los hombres vean a otros hombres en un proceso de de-construcción y re-construcción de las masculinidades igualitarias.
En el VII coloquio latinoamericano de masculinidades se reúnen hombres de Latinoamérica del sector público para poner en marcha una red latinoamericana. ¿Cuál fue el resultado de la reunión? ¿Qué objetivos os marcáis a nivel regional?
¡Esta fue una experiencia extraordinaria! El coordinador de la Red solicitó un espacio en el VII Coloquio para reunirnos con los funcionarios públicos de América Latina que estaban en Costa Rica participando del evento. Al inicio prácticamente éramos los mismos hombres de la Red costarricense. De repente, empezaron a llegar compañeros de otras latitudes y el círculo de sillas fue creciendo y creciendo hasta que alcanzamos a llenar el aula donde se convocó la reunión. Nuestra idea original fue de alcance latinoamericano, sin embargo, tuvimos presencia de otros países y se acordó, con algo de inmodestia, internacional.
Se creó un grupo en redes sociales y estamos en comunicación por estos medios. Las diferentes iniciativas se siguen multiplicando en varios países, y consolidándose. El reto para el próximo año es tener la Declaración de principios aprobada por todos los países y que en el grupo máximo coordinador haya solamente un par de representantes por país, quienes facilitarán la comunicación y el trabajo de las diversas redes nacionales. Estamos en negociaciones para tener un primer encuentro mundial en el 2020 respaldado por el Instituto Nacional de las Mujeres y el Ministerio de Justicia y Paz.